miércoles, 23 de febrero de 2011

Mi 23-F en Valencia

El 23 de febrero de 1981 tenía yo 11 años, edad a la que ya leía el periódico y me interesaba algo la política. A partir de ese día me iba a interesar más. A media tarde llamó a la puerta nuestra vecina Carmen: "Javier, ¿está tu madre?". "No, estoy yo solo con la tía" (en casa éramos siete, mis padres y cinco hermanos, más mi tía, que venía casi todos los días). "Pues dile a tu tía que no salga nadie de casa porque ha habido un golpe de Estado". "¿Un qué?". "Un golpe de Estado. Tú díselo, que ella sabe lo que es".

Me costó transmitir el mensaje porque mi tía Pilar es sorda y, aunque lee muy bien los labios, en la oscuridad del pasillo no acababa de entender el motivo por el que Carmen decía que no debíamos salir de casa. "Un-gol-pe-de-es-ta-do", articulé. El grito y la cara de espanto me confirmaron que sabía lo que era un golpe, ella que vivió la Guerra Civil siendo niña. Corrí detrás de la tía a casa de la vecina, que me explicó, ahora sí, lo que era un golpe de Estado y nos contó lo que había oído por la radio que había ocurrido en el Congreso.

Muy poco después llegó mi padre, que había salido escopetado del trabajo al oír los tiros, no sin antes haber llamado a mi madre, que estaba en clase de inglés en una academia. En menos de una hora estábamos todos en casa, y mi tía en la suya. Me asomé al balcón, debían ser las ocho, y la calle estaba casi vacía. Unos cuantos viandantes corrían hacia sus casas.

La noche de los transistores en Valencia consistió en música militar que interrumpía cada rato el parte de Milans del Bosch. Mi padre hablaba por teléfono con unos y otros. Así nos enteramos de que habían sacado los tanques y que había uno apuntando a la Jefatura Superior de Policía, junto a la que vivían otros tíos míos. A nosotros no nos dejaron salir al balcón. "Papá, ¿y dónde está el Rey?". "¿El Rey?, ja, en Londres". Me explicó su poca fe en el Monarca, que luego tuvo que rectificar al salir el Rey en televisión.

Eso es todo lo que recuerdo de aquella noche. No sé a qué hora me acosté. Sí que al día siguiente no fui al colegio y que estuve siguiendo por televisión el desenlace del golpe fallido, con aquella imagen de Tejero, el malo, fumando a la puerta del Congreso. "¿Por qué no lo cogen ahora?", me preguntaba.

martes, 22 de febrero de 2011

Por qué los ladrones de cuello blanco casi nunca van a la cárcel

Una vieja leyenda de los inspectores de Hacienda cuenta que las cárceles españolas no albergan a ningún preso por delito fiscal, pese a existir esta figura desde los años setenta. Hace unos meses, la Agencia Tributaria decidió romper el mito y ofrecer datos de cuántos ciudadanos cumplen prisión por haber defraudado al erario público. Más que desterrarla, los datos certifican la leyenda: apenas 90 personas viven encarceladas por este delito, según datos de mediados de 2010. (Lee todo el reportaje en elpaís.com)

viernes, 18 de febrero de 2011

Vuelve 'Fragments' sin censura, no te la pierdas


La Unió de Periodistes Valencians ha inaugurado este miércoles la exposición Fragments 2010. Fotoperiodistes Valencians, que llega fiel a su cita de final de invierno para hacer un repaso en imágenes al año anterior en la Comunitat Valenciana. Como esta vez no ha venido ningún zopenco a censurarla, doy por hecho que vamos a tener menos visitantes, y es una pena porque la muestra es magnífica y el lugar donde se expone también. Está en La Nau Centre Cultural de la Universitat de València, situado en la calle Universitat, 2. Hasta el 24 de abril.

La foto de arriba es de Juan Carlos Cárdenas (Efe) y fue tomada en Montroi (Valencia) durante un registro en el Ayuntamiento. Os dejo abajo otra de las fotos que me han gustado, obra de Kai Försterling (también de Efe), tomada durante un incendio en Simat de la Valldigna (Valencia). Si no puedes pasarte por La Nau y quieres ver las fotos, están publicadas en un periódico editado por La Unió y diseñado por Menta. Lo puedes ver aquí, pero te aseguro que no es lo mismo.


jueves, 10 de febrero de 2011

Argumentos contra la rebaja de las pensiones

España tiene ahora 8,7 millones de jubilados con una pensión media de 785 euros (una de las más bajas de la UE), miles de ellos en el umbral de la pobreza. Con el tijeretazo que han pactado los grandes partidos, en 2050 habrá 17 millones de jubilados (el 32% de la población) con una pensión media de 915 euros, lo que supone un aumento del 0,4% anual con pérdida segura de poder adquisitivo. Muchos ni siquiera serán -seremos- ‘mileuristas’ dentro de 40 años. ¿Qué efectos tendrá esto sobre la renta per cápita y la riqueza española? ¿Qué efecto sobre el consumo tendrá la diferencia de renta entre 22 millones de trabajadores y 17 millones de jubilados? ¿En qué medida se verá reducida la clase media?

No he visto publicado en los últimos meses ningún estudio al respecto, empeñados como estaban la mayoría de los expertos en convencernos -y a fe que lo han logrado- de que la reforma a la baja de las pensiones era necesaria y que debíamos tragar con ella. El catedrático de Ciencias Políticas y Sociales Vicenç Navarro se ha destacado como uno de los pocos expertos en economía que han cuestionado la afirmación repetida mil veces de que el sistema de pensiones en España era insostenible y para hacerlo sostenible había que bajarlas y alargar la edad de jubilación. Navarro ha publicado numerosos artículos que defienden que cabía -cabe- otro tipo de reforma, por la vía de los ingresos, sin rebajarlas, y ha advertido sobre los peligros del tijeretazo (.PDF). También se ha quejado de la opinión publicada a favor del recorte y de la falta de debate en los medios de comunicación, puesto que, afirma, apenas han dado voz a quienes lo rechazan, cuyas razones han sido ignoradas en lugar de rebatidas (.PDF).

Recomiendo leer las reflexiones de Navarro, entre las que sin embargo tampoco he encontrado respuestas a mis preguntas del primer párrafo.

viernes, 4 de febrero de 2011

Desvergüenza en la Ciudad de la Justicia



Como ya debes de conocer, un hatajo de funcionarios sinvergüenzas -me da igual si son 20, 40 o 100- de la Ciudad de la Justicia de Valencia fueron pillados in fraganti por un periodista que los grabó mientras, como cada mañana, acudían a fichar en su lugar de trabajo para a continuación abandonarlo sin siquiera sentarse en su silla. La respuesta de algunos funcionarios, como debes de conocer también, consistió en emular a los batasunos y colgar en los tablones de anuncios de algunas dependencias judiciales la foto del periodista que hizo su trabajo, Ramón Ferrando (de Levante-EMV), fotos que retiró la Guardia Civil después de varios días y que fueron repuestas por los mismos cobardes, que si después hay una agresión dirán que ellos solo colgaron una foto. Hay tantas cosas que me sorprenden de este suceso, que paso a enumerarlas sin más:

Funcionarios: La mayoría de los funcionarios de la Ciudad de la Justicia son gente trabajadora y cumplidora de su horario, no lo dudo, pero estoy esperando que alguno se escandalice públicamente por la actitud de esos malos compañeros que dañan la imagen del colectivo y se burlan de los contribuyentes y de sus propios colegas. En las cartas al director solo he visto enfado con los periodistas y con quienes han criticado a los jetas, cuando los primeros estafados son ellos. En cualquier centro de trabajo serían los propios compañeros quienes denunciarían a quienes se escaquean. Aquí hubo alguno que se lo sopló al periodista, pero nadie puso, por ejemplo, carteles anónimos en los tablones denunciando esta situación.

Sindicatos: "No es nuestra tarea denunciar a los funcionarios que fichan y se van, es de la empresa". Con esta frase se retrató el responsable de UGT en el área de Justicia, quien admitió que el sindicato sabía que en "20, 30 o hasta 50 trabajadores es un hábito continuo burlar el control horario". Esto se llama colaboración por omisión, como quien ve un grifo abierto y deja que corra el agua inutilmente porque no le pagan por cerrarlo. No es su tarea. La tarea de los sindicatos de Justicia en Valencia durante muchos años -¡qué casualidad!- fue tratar de evitar que se impusiera el control horario, con lo bien que les funcionaba la autoregulación. El resto de sindicatos tampoco ha salido a condenar la actitud de los holgazanes que empañan la imagen del resto.

Autoridades: No van a hacer nada para castigar a quienes han tenido la cara dura de trabajar menos horas de las que les tocaban -al menos, descontárselo del sueldo- y, al parecer, tampoco contra los presuntos delincuentes que han colgado las fotos del periodista. Tienen las grabaciones de Levante-EMV y supongo que habrá cámaras en la entrada de la Ciudad de la Justicia y en las dependencias donde se colgaron los pasquines. Pero no hay ganas de investigar ni de removerlo. Tanto el conseller del ramo, Rafael Blasco, como las autoridades judiciales se han molestado más por el bochorno sufrido que por los hechos en sí y da la sensación de que preferirían que no hubiese salido a la luz.

Por último, doy mi enhorabuena a Ramón Ferrando y me sumo a la condena de la Unió de Periodistes Valencians al acoso sufrido en la sede de la Justicia en Valencia.