miércoles, 28 de mayo de 2008

La justicia es ciega

Véase si no, el caso que publicaba ayer El País, de un hombre condenado por un atraco a punta de navaja que no cometió, según la víctima, que se retractó ante la Policía al día siguiente de haberlo identificado por una foto. Esa segunda declaración policial no llegó al juez y éste condenó al acusado. De nada ha valido que la mujer que sufrió el atraco haya dicho por activa y por pasiva que no fue él. La Audiencia, el Supremo y el Constitucional se han negado a revisar la condena y esta nueva víctima de la justicia española lleva tres años en la cárcel. Ahora ha pedido el indulto, aunque para ello tenga que admitir una inexistente culpa. Indulto que espera en la cárcel y no en la calle, a diferencia de otros delincuentes con más contactos en la judicatura.

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