(Columna que publiqué el 1 de junio de 2009 en El Economista)
Los responsables de la firma textil Marie Claire evitaron la semana pasada el concurso de acreedores por la vía más directa que tiene una empresa –o un particular– para solucionar sus problemas en Castellón: visitar al presidente de la Diputación, Carlos Fabra. Según relató el propio Fabra, oídos los graves problemas de liquidez de la compañía, él mismo levantó el teléfono y llamó al conseller de Economía, Gerardo Camps. A las pocas horas, Marie Claire recibía un aval de dos millones de euros al 50 por ciento entre la Generalitat y la Diputación.
¿Que podía haber marcado el número del presidente de Bancaja o la CAM o de algún director territorial de los grandes bancos? Pues sí, y de paso haberles dicho que hagan el favor con el resto de empresas financieramente asfixiadas. Pero Fabra prefirió escenificar, una vez más, esa generosidad con sus administrados que le da el poder casi absoluto en la provincia. “Mi trabajo pasa por resolver los problemas que preocupan a la gente”, justificó, para a continuación prometer “idénticas acciones para otros casos similares”. En Castellón, no se me amontonen. Es una lástima que Sáez Merino (Lois), estuviera en Valencia y tuviera que ser liquidada en parecidas circunstancias.
En rueda de prensa, el gerente de la empresa de pantis agradecía la “decisiva intervención de Carlos Fabra en la historia reciente de Marie Claire” –en 2005 ya intermedió para conseguir que refinanciara su deuda–, y reforzaba la imagen de conseguidor que el dirigente del PP se ha labrado a lo largo de los años. Allí lo sabe cualquiera: si tienes un problema, acude a Fabra.
Es cierto que un empresario denunció que el político cobraba comisiones a cambio de esos favores y que Hacienda y el juez investigan ingresos anónimos millonarios que supuestamente recibió en decenas de cuentas bancarias. Ya hablará la Justicia, pero para la mayoría de los castellonenses Fabra es un bienhechor, inocente aunque se demostrara lo contrario. A fin de cuentas, qué empresa no pagaría ahora mismo una comisión por conseguir un aval como el de Marie Claire.
miércoles, 3 de junio de 2009
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Veremos qué tipo de justicia se aplica aquí...
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