José Luis Rodríguez Zapatero se resiste a incumplir su promesa electoral de cerrar las centrales nucleares, ahora que tiene que decidir sobre la central de Garoña (Burgos), que tiene un informe favorable a su continuidad del Consejo de Seguridad Nuclear y cuyo cierre costará dinero en plena crisis. "Les puedo asegurar que voy a cumplir el programa electoral tanto en este tema como en todos aquellos en que, salvo circunstancias mayores, no puedan ser cumplidos", dijo el otro día en el Senado.
El presidente no parece, sin embargo, tan preocupado por incumplir otra promesa electoral, ratificada en el discurso de investidura el 8 de abril de 2008: "No subiremos los impuestos ni recortaremos prestaciones sociales pese a la desaceleración", fueron sus palabras textuales. Hoy ha subido los impuestos sobre los carburantes y el tabaco, pocos meses después de eliminar el Impuesto sobre el Patrimonio, que pagaban el millón de españoles más ricos, y pocos días después de pedir el voto y la confianza de los españoles. Que no se la dieron, por algo será.
sábado, 13 de junio de 2009
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