El modelo estaba claro:
1. Tecnología, la indispensable.
2. Periodistas, los indispensables.
3. Sueldos periodísticos, lo más ajustados posibles.
4. Formación y actualización, cero.
5. Calidad, depende.
6. Acción comercial, máxima.
7. Sueldos de los responsables comerciales, por las nubes.
8. Relevancia de los directos periodísticos y comerciales, a la par, cuando no superior en el segundo caso.
9. Intromisión comercial en contenidos periodísticos, lo que haga falta.
10. Los periódicos no se venden por el contenido, sino por las promociones.
11. El objetivo no es el lector, son las audiencias (nótese la paradoja).
12. El periódico es una plataforma donde se incluyen noticias en el lugar que deja libre la publicidad.
13. De esos espacios que quedan libres, una parte importante se debe dedicar a dar cobertura a anunciantes, accionistas y alianzas económicas o políticas estratégicas para el medio.
14. De eso se encargará el núcleo duro (periodistas más o menos contrastados, pero siempre afectos).
15. El resto lo puede hacer cualquiera.
Lee el análisis completo: "El fracaso de la prensa", en Mangas Verdes. Es largo, pero vale la pena.
miércoles, 4 de marzo de 2009
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