lunes, 9 de febrero de 2009

Receta contra la crisis

Antes de que el presidente del Gobierno o alguno de sus 77 asesores alumbre otra genialidad para acabar con la crisis, les dejó aquí filantrópica y gratuitamente tres medidas que ayudarían bastante:

1. Que las Administraciones paguen lo que deben a sus proveedores. Se acusa a la banca de no renovar pólizas ni dar (vender) descuento comercial, pero gran parte de ese descuento viene por facturas de los ayuntamientos y las comunidades autónomas que pagan hasta con 900 días de retraso. Es decir, que prestas un servicio o vendes algo a la Administración que te cuesta un dinero y lo cobras casi tres años después. El resultado es que la deuda real de las Administraciones públicas es muy superior a la que dice el Banco de España, porque se están financiando con los proveedores. Para esto haría falta que el Estado transfiriera otros 8.000 millones de euros (y no habría suficiente) a las comunidades y ayuntamientos. Más déficit, sí, pero a cambio de aliviar la situación financiera de miles de empresas y, de paso, aliviar la presión sobre los bancos. Y no es una ayuda, es darles lo que se les debe.

2. Reducir las cotizaciones sociales temporalmente. Digamos, dos años. Los costes de la Seguridad Social (si eres asalariado, suma un 33% a tu sueldo bruto para saber cuánto paga tu empresa por ti) son el principal escollo no ya para crear empleo, sino para que no se destruya más. Se debería establecer una reducción más grande para las empresas que no despidan ni hayan despedido a trabajadores en el último año, mientras mantengan esa política. Estos descuentos temporales ya existen para las que contratan. Pasada la crisis, se subiría paulatinamente. ¿De qué sirve mantener las cotizaciones altas si ello va a llevar a más paro y más subsidio por desempleo? ¿No es mejor que más personas sigan cotizando, auque sea menos? El mensaje sería: "Si usted no despide, paga menos". El obstáculo ahí es el probable déficit de la Seguridad Social, pero para eso está el Estado, para cubrirlo.

3. Cambiar de ministro de Economía. Esto ya lo escribí. No tengo nada contra Pedro Solbes, pero necesitamos a un profesional del sector privado que sea el rostro de la confianza que Zapatero intenta transmitir. Como Obama en EE UU.

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